CARTA DEL PROFESOR ERIC PALMA A RECTORIA

AMIGAS Y AMIGOS, ACA ESTA LA NOTABLE CARTA DEL PROFESOR ERIC PALAMA, ENVIADA AL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD, POR FAVOR LEANLA Y DEJEN SUS COMENTARIOS. UN FRATERNAL SALUDO
GUR

Santiago, 4 de abril de 2008
Señor
LUIS LUCERO
A.Rector, Universidad Central
Presente.

Estimado señor Rector.
Los sucesos que están aconteciendo en la Escuela de Derecho son la manifestación de una crisis que se viene desatando desde hace tiempo. Soy un convencido que toda crisis, si sabe manejarse adecuadamente, es una oportunidad para crecer. Este es el espíritu con que una parte importante de profesores y estudiantes de la carrera de Derecho hemos abordado esta problemática. La preocupación por la marcha de la Escuela significa, en primer término, que no es indiferente para nosotros lo que acontezca en la Facultad, y, lo más importante, que deseamos instalar la cultura del mejoramiento continuo.
A título personal, y sin pretender representar a grupo, colectivo, organización alguna ya sea de estudiantes o profesores, me permito manifestar mi visión sobre los hechos.

1. Renuncia del señor Decano y elección de nuevo Decano.
Habiendo tenido lugar una reunión ampliada del señor Vicerrector, don Luis Merino, con parte importante del cuerpo académico de la Facultad, y luego, una reunión de parte del profesorado convocada por la profesora Ana María Watkins, ya tenemos los profesores un cuadro más o menos claro de cómo se ha gestado la renuncia del señor Juan Guzmán Tapia.
El propio señor Decano nos manifestó el día de ayer que se le había solicitado dejar el cargo, porque se quería fortalecer a la Escuela para enfrentar de mejor manera la acreditación. Nos comentó que él aceptó la propuesta y que entendía que si un Decano dejaba de contar con la confianza del señor Rector,éste podía, de acuerdo con el Estatuto, pedirle la renuncia al cargo.
El señor Guzmán estimó innecesario consultar al profesorado que lo eligió sobre esta petición de renuncia. Resolvió el tema por sí y ante sí, tutelando, como lo señaló el día de ayer, lo que él consideró más apropiado.
Me parece que dicha renuncia debe quedar a firme.
La cuestión relevante hoy día es quién asume la conducción de la Facultad, es decir, el perfil de decano (teniendo a la vista que existe el interés por acreditar la carrera de Derecho), y cómo se determina dicha persona.
Respecto del primer punto me parece que debe ser un profesional abogado con formación de postgrado y con experiencia exitosa acreditable en materia deacreditación y gestión académica.
Respecto del cómo elegir a dicha persona, según lo que se nos ha informado, Rectoría desea tener una incidencia directa en el tema, lo que implicaría derogar las normas que establecen un procedimiento parcialmente democrático de elección.
Estimo que respecto del perfil de Decano hay plena coincidencia entre Rectoría y el profesorado de la Carrera de Derecho. Este, por lo tanto, no es un tema conflictivo.
El punto de conflicto parece estar en el procedimiento de elección.
Lo primero que habría que señalar es que tradicionalmente se ha aplicado, y está legitimado, un procedimiento parcialmente democrático. Los profesores eligen, pero, el señor Rector designa.
¿Es posible compatibilizar el tener un decano/a elegido/a y que a la vez cumpla con el perfil requerido, ya sea total o parcialmente? Me parece que sí. Bastaría con que entre los profesores exista un consenso en que la nueva autoridad no sólo requiere del prestigio que lo transforma en un primus Inter pares, sino, también de una cierta calificación académica y de gestión.
No creo que sea difícil encontrar un profesor/a con dichas características. Me atrevo, en este sentido, en sugerir a su persona que se reúna con los profesores de la Escuela y nos explique por qué en esta coyuntura es relevante, al menos más que en otras ocasiones, que el futuro Decano/a cuente con los atributos señalados.
Estimo que si se hace de esta manera, aumentaría la legitimidad del proceso de designación del nuevo decano/a, y podría hacerse compatible el interés superior de la Universidad, que se expresa en satisfacer la necesidad de acreditar todas sus carreras, con el interés particular de la Carrera de Derecho, de mantener el sistema parcialmente democrático de designación de decano.
A los profesores y a los estudiantes nos interesa la acreditación, pero ,entendemos que no tiene porque ser incompatible con el sistema tradicional de elección de Decano.
Le solicito entonces, respetuosamente, que tenga a bien reunirse con nosotros los profesores para comentarnos la política de Rectoría en esta materia; presentarnos el perfil de Decano que Rectoría estima como más conveniente en esta coyuntura; invitarnos a proponer como posibles candidatos a personas que se acerquen a dicho perfil; y seguidamente, mantener el tradicional mecanismo de elección.
Creo que por nuestra parte, los profesores podemos pedir a los posibles candidatos o candidatas que nos presenten un plan de trabajo en que el mejoramiento de la calidad de la Escuela, en aras de la acreditación, sea tema central.

2. Deficiencias en la gestión del Decano señor Juan Guzmán.
Sin ánimo de desconocer los méritos judiciales y políticos del señor Juan Guzmán Tapia, no puedo dejar de expresar mis sentimientos negativos respecto de su gestión.
El señalaba el día de ayer que la administración de la Facultad no era de su responsabilidad, con lo cual nos mostraba que nunca comprendió la lógica académica, sino que siguió apegado a la lógica judicial. En efecto, en el Tribunal el trabajo del juez es distinto del trabajo del Secretario, y cada uno responde por lo que hace. El estimó entonces que correspondía a la señora Ángela Cattan la labor de “secretaría” y es a ella a quien hace responsable de todos los desaciertos que se han venido cometiendo.
Paso a señalar algunas deficiencias graves que han afectado al profesorado:
1. Se está llevando adelante una reforma curricular que no cuenta con la participación de los académicos y que se viene presentando como política de hechos consumados. Se olvida que quienes tendrán que aplicar dicha reforma son los profesores.
2. Se realizan asignaciones de cursos a los profesores, que luego no se respetan o se modifican sin previo aviso, lo que ha significado que habiéndose iniciado las clases varios profesores no tenían certeza sobre los cursos a impartir.
3. Se ha privado a profesores de cátedras en las que muestran competencia para nombrar a otros académicos, a veces, sin que éstos puedan demostrar que han tenido o tienen trabajo académico en relación con las materias que se les pide enseñar. 4. Los profesores calificados son recompensados con talleres, muchos de los cuales se diseñaron sin un trabajo previo con los mismos académicos y respecto de los cuales los expertos han formulado serios reparos (un ejemplo en este sentido es el taller de Cultura Jurídica y taller de Lenguaje Jurídico, que se crearon para sustituir un taller, el de Metodología, en que al menos 4 de los profesores que lo impartían tienen publicaciones sobre el tema, publicaciones que se realizaron porque en la Escuela de Derecho de la Universidad Central se enseñaba el ramo en primer año. Este trabajo académico está hoy depreciado porque Metodología de la Investigación Jurídica ya no se enseña).
No tenemos listas de clases sino avanzado el semestre; se permite el ingreso de alumnos a nuestros cursos cuando llevamos ya varios meses de trabajo; se cierran cátedras cuando el semestre está ya avanzado; los talleres tienen un número muy excesivo de estudiantes (a veces 60 a 80, cuestión que atenta contra toda didáctica bien realizada) etc. etc.
Todas estas cuestiones hacen inconveniente reponer al antiguo Decano en su puesto. Sin embargo, no son, bajo ninguna perspectiva, una prueba de que el sistema electivo de Decano está condenado al fracaso.
Reitero mi sentimiento: toda crisis es una oportunidad de crecimiento.

3. Reclamos de los alumnos, medios de presión.
En la Facultad de Derecho enseñamos a nuestros estudiantes negociación colectiva y la huelga como derechos. Las Cortes de Apelaciones de nuestro país fallaron, a propósito de la “rebelión de los pingüinos”, que las acciones de los estudiantes eran legítimas y también legales.
Que nuestros estudiantes usen como medio de presión “el paro” no constituye un atentado a nuestro ethos profesional, más bien, es una de sus manifestaciones.
Creo que corresponde a las autoridades de la Facultad y de la Universidad designar el “mejor equipo negociador” para conseguir que los estudiantes depongan esta medida legítima de presión. Desde este punto de vista sería conveniente preguntarse si resulta lo más conveniente que el equipo se integre por quienes son, al mismo tiempo, señalados como posibles responsables de algunas de las deficiencias señaladas por los estudiantes (demanda relativa al mejoramiento de la atención administrativa; inscripción de cursos; etc., etc).
Ningún profesor desea, ni promueve, que el paro se extienda. Sin embargo, creo que todos tenemos claro que la duración de las huelgas depende de la habilidad de los equipos negociadores.
Tengo a bien pedirle, en este sentido, que inste a los equipos que dependen de Rectoría a que acerquen lo más rápido posible posiciones para que el paro sólo dure lo mínimo y sea una oportunidad de crecimiento y una experiencia cívica para los estudiantes.
Creo que Rectoría, su equipo, debe sentir orgullo de los estudiantes de la carrera de Derecho: son jóvenes y adultos comprometidos con su Universidad y con su Escuela y su propio futuro. Usan los medios que estiman legítimos. Deponen sus intereses estrictamente personales para luchar por intereses colectivos.
Esta cultura, señor Rector, en alguna medida se recoge en la Ley de Aseguramiento de la Calidad y esta experiencia, si termina en buen puerto, puede ser empleada en el futuro proceso de acreditación para exhibir una prueba concreta de la capacidad crítica de nuestros estudiantes y de su responsabilidad social.
Por lo demás, recuerda las viejas tradiciones de la Universidad de Chile, que tanto influyó en el pasado en la Escuela de Derecho de la Universidad Central.
Espero, sinceramente, que estas reflexiones mías sean de utilidad para usted y para las autoridades de la Facultad.
Me mueve el interés de contribuir con un grano de arena a que esta crisis sea también una oportunidad para seguir creciendo. Para el evento que sea de su interés comunicarse con mi persona mi e-mail es xxxxxxxx@yahoo.es

Atentamente
Eric Eduardo Palma González
Dr. en Derecho. Magíster en Historia.
Dr. © en Historia. Magíster © enEducación.
Par evaluador CNA.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que, como ex alumno de la Escuela, no puedo dejar pasar la oportunidad de adherir a las ideas del profesor que suscribe y expresar a la Escuela en paro que la lucha por una Facultad de Derecho más mística y competitiva en el ámbito académico, y democrática y eficiente en el administrativo, es un derecho y un deber de los estudiantes y los profesores, y también de quienes formamos parte de la comunidad universitaria extendida, que participa activamente en la vida del Derecho, sea en el ámbito público o privado, como en mi caso.
Una Escuela de Derecho aletargada y sin empuje no es otra cosa que una academia de enseñanza de la técnica jurídica u otras materias de orden humanista. Hay volver a hacer sentir al mundo jurídico que la Central es grande y llena de gente talentosa y jugada, gente que no se queda esperando que la Secretaría de Estudios le solucione sus problemas, sino que se pone de pie y exige, mediante movilización, paro o toma (como la del año 92), que sus derechos sean respetados y que quienes dirigen la Universidad y, en este caso, nuestra Escuela, tomen las decisiones correctas y en el momento indicado.
En caso contrario, la Escuela de Derecho de la Universidad Central se verá disminuida y transformada, en definitiva, en una escuela de derecho más....una de esas sin mística y con el sólo valor agregado del dinero, los grandes edificios y profesores doctorados que no sienten nada por estar ahí, más que la suerte de poder hacer clases por un buen sueldo. Un saludo al Profesor Palma y un grito de apoyo a los estudiantes.... ya saben cual: "a lo hecho..."

Anónimo dijo...

Claudio, absolutamente de acuerdo con tu comentario. La central claramente ha perdido sus caracteristicas qu ela hacian distinta a todas las otras facultades... falta volver a la raices.
Graicas por tu comentario
Atte.
Mario Yáñez