Carta de Patricio Tombolini a Profesores de Derecho Penal y Decanos de las Facultades de Derecho.

Correligionarios, simpatizantes y amigos, aquí está la carta de nuestro absuelto correligionario Patricio Tombolini. Es un documento muy interesante, ya que aquí podemos ver su defensa y cómo se faltó a principios de derecho. Ojalá que la lean y reflexionen sobre lo que se plantea.

Les saluda,

Mario Yáñez
Presidente Grupo Universitario Radical U. Central.

Carta de Patricio Tombolini a Profesores y Decanos de las mas importantes facultades de Derecho de Chile

Soy Patricio Tombolini y le escribo por su condición de especialista en derecho penal, rama del derecho que busca reestablecer el imperio de las normas quebrantadas, persiguiendo lograr la justicia de los hombres, lo hago para contarle la situación a la que me he visto enfrentado.

Mi desgracia empieza en Abril del año 2002, cuando siendo Subsecretario de Transportes tuvimos conocimiento que Filippi vendía Certificados de Revisión Técnica, e instruí para que fuera denunciado a los Tribunales, por esta razón Filippi fue detenido, obteniendo rápidamente su libertad en los Tribunales de Rancagua, insistimos y nuevamente fue detenido, solo después de esta segunda detención hacia fines de Julio del 2002 Filippi habla por primera vez de pagos de coimas para conseguir extender la planta de revisión de su propiedad.
Le adjunto la sentencia de segunda instancia de la Corte de Rancagua ( donde en voto de minoría el Ministro Mera propone absolverme por no existir antecedentes en mi contra), el informe del fiscal (que también propone absolverme), documento hecho por mi defensa antes de la sentencia del Ministro Aranguiz, el cual en mi opinión demuestra los prejuicios, abusos y faltas existentes en la investigación que afectaron el debido proceso y mis garantías constitucionales, por ultimo unos téngase presente para precisar mi relación con los 15 millones pagados por Filippi y la investigación de Aranguiz. Le pido por favor se tome unos minutos y revise estos antecedentes, me importa mucho que los conozca ya que le permitirán tener una opinión lo mas informada posible.
No he cometido ningún delito y por eso en toda la investigación no se encontró ninguna prueba, existen solo presunciones vagas e imprecisas y la más de las veces suposiciones que no alcanzan para condenar. Se recurre a las presunciones que no cumplen con las exigencias mínimas para ser consideradas seriamente y son mas bien la excusa para poder condenarme, pues toda la investigación se oriento a incriminarme a como diera lugar; esa fue una de las razones por las cuales Aranguiz me tuvo detenido 43 días, ha sabiendas que no tenia pruebas y que este delito no tiene pena aflictiva, dando una imagen a la opinión publica de una culpabilidad inexistente.
La justicia cuando castiga un delito debe hacerlo con pruebas claras y categóricas, que no quepa ninguna duda de quien o quienes actuaron y los motivos por los cuales se produjo el ilícito, no es labor de la justicia fabricar culpables o chivos expiatorios, tampoco es labor de la justicia contribuir a las venganzas políticas y menos aun actuar en función de la opinión publica actuando prejuiciadamente, cuando esto ocurre se violan las normas mas elementales del debido proceso y estamos en presencia de gérmenes totalitarios, es el fin de la seguridad jurídica, es el principio de una sociedad sostenida por la ley del mas fuerte donde es muy fácil que los mafiosos empiecen a influir.
Esta es la razón por la que le hago llegar los documentos mencionados, me importa que a la luz del derecho y sus normas Usted puedan formarse una opinión de lo que en este caso ha ocurrido, no he tenido un debido proceso, no se ha respetado la presunción de inocencia, se han vulnerado mis garantías constitucionales. El Juez Aranguiz ha demostrado una animosidad inexplicable en mi contra, jamás le importo la verdad, solo su deseo de condenarme independiente de los elementos que demostraran mi inocencia.
Vista así las cosas debo entender que las razones de mi condena debo buscarlas no en las normas del derecho; sino en el esfuerzo de un juez que intenta hacer coincidir la investigación que lleva adelante con un gran entusiasmo mediático (prueba de ello fueron las constantes filtraciones del sumario) con el estado de animo de la opinión publica para así por esa vía encontrar culpables y sancionar inocentes, independiente de las exigencias de las pruebas para demostrar la existencia del delito.
La acción de la justicia tiene por objeto reparar el bien jurídico protegido y lograr que la sanción sea ejemplificadora para desalentar conductas similares, por tanto persigue y le importa la legitimidad social de sus actos, esa es la razón por la cual en la historia de la humanidad uno de los esfuerzos mas importantes haya sido establecer normas y reglas claras en el comportamiento de los hombres. Por eso es importante que cuando actúa la justicia el margen de duda sea el mínimo posible, y cuando no existen esas seguridades el elemento central sea la presunción de inocencia. Para que esto se cumpla los jueces deben ser objetivos, ecuánimes, prudentes, ponderados, imparciales y libres de prejuicios para evaluar las conductas que eventualmente influyen en la existencia del delito.
Profesor he señalado todo esto pues no logro entender visiones tan opuestas entre jueces para apreciar las pruebas, mas bien tengo la sensación que no ha importado la debilidad de la investigación o la falta de antecedentes sino que estamos en presencia de un intento por encubrir una mala investigación (espíritu de cuerpo o solidaridad gremial como algunos me lo han señalado, otros me recomiendan silencio), de usar la acción de la justicia para hacerla coincidir con un estado de animo de la opinión publica y buscar un chivo expiatorio para que este circo romano reemplace lo que en derecho deben hacer los jueces: castigar a los culpables y absolver a los inocentes sin mas consideraciones que la verdad, las pruebas y los hechos que respaldan a esta.
Pareciera que he tenido ¿la buena o mala suerte? de haber sido un personero público y estar mas expuesto a ser condenado por algunos jueces que creen que estos procesos con alta visibilidad les permitirán ascensos mas rápidos, de esta manera las normas y las leyes son reemplazadas por los estados de animo de la opinión publica, tratando los jueces que actúan de esta forma hacer coincidir su investigación y resoluciones con este moderno circo romano llamado opinión publica, y en estos caso la verdad poco importa.
Si bien es cierto como me dicen mis abogados que los fallos se acatan, en ninguna parte dice que no se pueden refutar, particularmente cuando existen abusos manifiestos y violaciones a las normas del derecho. Me he dirigido a Usted porque se que es un hombre del derecho que cree en la justicia y las leyes, que es un formador de los futuros abogados que serán los jueces y defensores de los ciudadanos, para que con este ejemplo se aprenda a ser mas riguroso y menos prejuiciado, a valorar la presunción de inocencia, a no dejarse presionar ni impresionar por la opinión publica pues inexorablemente terminamos transformando la acción de la justicia en una farsa, lo que afecta irremediablemente la credibilidad de esta.
Le saluda
Patricio Tombolini Veliz

Reality en Derecho… nuevo sistema de vigilancia


Tal vez han ocurrido muchos robos, se están perdiendo los data, las carteras de las profesoras, etc. Pero, ¿Por qué solucionamos esto con cámaras?... Será realmente la mejor idea…¿es solución?. Por supuesto que es muy malo que ocurran estos tipos de situaciones en la universidad, habla muy mal de nosotros que esto pase en nuestra facultad pero la solución no pasa por poner cámaras por todos lados, como en un reality show de la televisión, sino que por mejorar el trabajo de los guardias, que deberían preocuparse mas de cuidar la seguridad en el interior, que de otras cosas; pero este no es el punto. El problema a mi modo de ver radica en que si se esta dando como un problema constante en nuestra facultad debemos preocuparnos, pero también es sorprendente que hace mucho tiempo llevemos reclamando por la falta de libros en la biblioteca, por que no tenemos un gran numero de impresiones a nuestra disposición, porque los computadores de la facultad son muy pocos, porque no hay áreas de investigación para los alumnos interesados, porque estamos hacinados en nuestra sede. ¿Será que las cámaras son un requisito importante para la acreditación?...¡NO!, claramente las prioridades en estos momentos son otras. A lo mejor esta violación a nuestro espacio no será de gran importancia para todos, pero yo creo que no es viable que estemos siendo vigilados constantemente en nuestro espacio, en los momentos en que salimos a relajarnos después de una ardua jornada de estudio, muchos de nuestros compañeros y compañeras sentirán que no son tan libres, si no que seremos vigilados como en el supermercado o en un mall.
El día de mañana espero que no nos encontremos con sorpresas peores, ojala que nuestras aulas no estén con barrotes, o con algún otro tipo de elemento que limiten nuestras libertades. Es de esperar que el Decano plantee otras ideas para solucionar este problema de robos, pero algo más acorde a nosotros, porque NO SOMOS DELINCUENTES PARA ESTAR SIENDO VIGILADOS, solo queremos estudiar, y para eso necesitamos más libros, más salas, más biblioteca, más computadores, y muchas, muchas, muchas cosas más.


Y recuerden que estan siendo vigilados, cuidados con sus pasos.....

VALENTIN LETELIER (1852-1919)


"La causa de los pobres fue siempre la causa de los corazones más generosos. La causa de los pobres debe ser la causa del radicalismo"

Fue un político e intelectual chileno, siendo muy pequeño se traslada a la ciudad de Talca para estudiar, la que continuaría posteriormente en el Instituto Nacional de Santiago. En 1872 ingresó a la Universidad de Chile a estudiar Leyes, y para costear sus estudios fue inspector suplente del Instituto, y dio clases de Historia en el Instituto Americano. Se tituló de abogado a principios de 1875.
Una vez egresado de la Universidad de Chile, Letelier fue nombrado profesor de Literatura y Filosofía en el Liceo de Copiapó (mayo 1875). Junto a otros profesores, creó allí una Academia Literaria y participó en la publicación de la revista Artes y Ciencias. Participó asimismo en la prensa de la zona: primero fue redactor y luego director del diario El Atacama, principal vocero del Partido Radical en la zona norte y al cual Letelier se adscribió. También fue miembro activo de la Compañía de Bomberos, secretario de la Sociedad de Instrucción Primaria y miembro destacado de la Masonería de la región
Valentín Letelier formó parte de la Academia Literaria fundada por José Victorino Lastarria, centro del intelectualismo de avanzada de la época, inspirado en el principio de solidaridad humana que involucraba la adscripción al pensamiento comtiano.
Siguiendo estas ideas, alentó y fue secretario de la Liga Protectora de Estudiantes. Su camino de aprendizaje se orientó así definitivamente hacia la teoría y práctica de la filosofía positivista.
En febrero de 1878, Letelier volvió a Santiago y ese mismo año fue proclamado diputado suplente por la agrupación de los departamentos de Copiapó y Caldera. Su actuación política, sin embargo, fue mínima. El 17 de diciembre de 1881 fue designado secretario de la recién creada legación en Berlín, Alemania, cuya jefatura fue encomendada al ex intendente de Copiapó, amigo y suegro de Letelier, Guillermo Matta. Su estadía por casi 4 años en ese país, lo puso al día en el sistema de enseñanza más avanzado de ese entonces. Además, participó en la tarea de fomentar y dirigir la emigración europea hacia nuestro país, para lo cual escribió un texto de propaganda titulado Chile en 1883.
De regreso en Chile (1885), Letelier tuvo la ocasión de madurar toda la experiencia adquirida. Ganó dos concursos literarios (1886) con sus polémicas obras De la Ciencia Política en Chile y Por Qué se Rehace la Historia, y pronto se vio empeñado en la reforma de la enseñanza y su extensión.
Logró el envío de profesores a perfeccionarse al extranjero e incorporar el curso de trabajos manuales en los colegios. Abogó por la enseñanza de la mujer y contribuyó al establecimiento del sistema concéntrico de estudios, y a la creación del Instituto Pedagógico (1889).
Valiosísimo fue también su aporte a la enseñanza universitaria como profesor de Derecho Administrativo en la Escuela de Leyes en 1888. Planteó una orientación científica y sociológica, ajena a todo dogmatismo. Desde la cátedra y sus escritos abogó por la reforma del plan de estudios jurídicos.
Continuó participando en política. El mismo año fue elegido diputado por Talca y en noviembre le tocó redactar el programa del Partido Radical. En su escrito Ellos y Nosotros (octubre 1889) aludió a los liberales y expuso la teoría de su partido: el amor por principio, el orden por base y el progreso por fin.

En reconocimiento a la vasta labor realizada en el campo de la cultura y de la educación, Letelier -catedrático y miembro del Consejo de Instrucción Pública en dos ocasiones, y en ese momento fiscal del Tribunal de Cuentas del Estado- fue elegido por unanimidad del Claustro Pleno del 15 de agosto de 1906, como rector de la Universidad de Chile.
Su rectorado se caracterizó por su empeño en la renovación de la enseñanza secundaria y superior. La modificación de los planes y programas, la creación de cátedras de especialización, el impulso a la investigación con la creación del Laboratorio de Psicología Experimental y del Servicio de Sismología, fueron algunos de sus logros.
Luego de su renuncia al cargo, el 2 de julio de 1909 -debido a un conflicto estudiantil en la Escuela de Medicina-, fue nuevamente electo Siguió con su acción renovadora y progresista hasta 1913, cuando por la promulgación de la ley de incompatibilidades, debió renunciar para seguir su labor de fiscal.
Retirado de la cátedra y de la rectoría, Letelier continuó con su labor investigativa. En 1917 y 1919 publicó dos de sus más grandes obras de sociología jurídica y las últimas de su vasta producción intelectual: Génesis del Estado y Génesis del Derecho. En septiembre de 1918 dejó la fiscalía, debido a una salud bastante quebrantada.

Falleció de un ataque al corazón, el 19 de junio de 1919

PEDRO AGUIRRE CERDA (1879-1941)"Gobernar es educar"



Nació en Pocuro, un pueblito cercano a Los Andes, el 6 de febrero de 1879, y fue el séptimo hijo de un total de 11 hermanos.
La infancia de Pedro transcurrió en el campo, estudió en una escuelita en Calle Larga, a casi una legua de distancia de su hogar, debiendo hacer el trayecto de ida y vuelta a caballo todos los días. Posteriormente, cursó las Humanidades en el Liceo de San Felipe.
Cursó sus estudios universitarios en Santiago, en el Instituto Pedagógico. Se graduó de profesor de Castellano en 1900 y en 1904 obtuvo el título de abogado. Su memoria de Derecho fue La Instrucción Secundaria en Chile, posteriormente, en 1910 viajó a Francia a especializarse en Derecho Administrativo y Financiero en la Universidad de la Sorbona. A su regreso en 1914 se desempeñó como profesor en el Instituto Nacional, siendo posteriormente elegido presidente de la Sociedad Nacional de Profesores.
A pesar de provenir de una familia católica practicante, a los 27 años ingresó a la Logia Masónica, que además era el lugar de encuentro entre los políticos laicos. Su ingreso al Partido Radical estuvo estrechamente ligado a este hecho.
En las elecciones parlamentarias de 1915, Aguirre Cerda resultó electo diputado por el período comprendido entre 1915 y 1918, en representación de la provincia de San Felipe, Putaendo y Los Andes. Se mantuvo alejado de sus labores de maestro. En 1918 fue elegido de nuevo, pero ahora por Santiago. Finalmente, resultó electo, el año 1921, senador por Concepción.
En enero de 1918, durante el gobierno de
Juan Luis Sanfuentes, fue nombrado ministro de Justicia e Instrucción Pública. En este cargo ya manifestaba la importancia que le asignaba a la educación. Fue un notable impulsor de la Ley de Instrucción Primaria y luchó asimismo por mejorar el nivel económico del magisterio. Junto a su esposa tuvo una estrecha amistad con Gabriela Mistral. Ella dedicó su primer libro, Desolación, a los esposos Aguirre Cerda, “a quienes debo las horas de paz que vivo”, dijo la poetisa. A su vez, él dedicó a “Lucila Godoy... nuestra Gabriela”, el libro El Problema Agrario.
En el primer gobierno de
Arturo Alessandri, en 1920, se nombraron dos ministros radicales: el de Hacienda, Daniel Martner, y el de Interior, Pedro Aguirre Cerda. Desde ese cargo, que desempeñó ocho meses, le correspondió enfrentar el difícil conflicto social de la masacre de San Gregorio, en 1921. En 1924 volvió al gabinete como ministro del Interior, hasta cuando se produjo el “ruido de sables” y el posterior golpe militar; renunció a su cargo de ministro, y viajó durante un año por Europa.
En 1925 Pedro Aguirre Cerda fue llamado a colaborar en la reorganización del Partido Radical; regresó y retomó la cátedra universitaria y su bufete de abogado. Sin embargo, en el gobierno de Ibáñez se le “recomendó” —al igual que a muchos otros políticos—, la conveniencia de salir del país. Partió a Europa en 1927 junto a su esposa, y allí terminó su libro El Problema Agrario, que publicó ese mismo año.
Regresó de su exilio en 1930, dedicándose principalmente a apoyar la creación de talleres para la enseñanza técnica y manual. En 1934 se concretó una iniciativa que Aguirre Cerda tenía en mente desde hace algún tiempo: la creación de la Facultad de Comercio y Economía Industrial, de la Universidad de Chile, de la cual fue decano dos años después.
En mayo de 1936 se había creado el bloque de izquierda integrado por socialistas, comunistas democráticos y la Confederación de Trabajadores. Al interior del Partido Radical había claramente dos tendencias: una que estaba por formar parte del bloque, y otra que se resistía a cualquier tipo de alianza con el Partido Comunista. Las diferencias con Alessandri durante su segundo mandato, hicieron que los radicales optaran por un acercamiento hacia la izquierda.
En la XII Convención de este partido, en 1937, el radicalismo suscribió con los partidos de izquierda la formación del nuevo pacto llamado Frente Popular, nombre que adoptó el bloque de izquierda, cuando se integraron a él los radicales, imitando las alianzas semejantes que gobernaban Francia y España. El Frente estableció entre sus postulados más importantes el respaldo al régimen democrático, la libertad, la solidaridad social y la lucha contra el fascismo y el imperialismo internacional.
Pedro Aguirre Cerda se ubicaba en el sector de los radicales más moderados y contrarios a una alianza con el Partido Comunista. Sin embargo, en la elección interna del Partido Radical por la precandidatura presidencial, Aguirre Cerda triunfó sobre Ríos, y fue elegido abanderado del radicalismo para definir al candidato único del Frente Popular. La izquierda presentó como candidato a
Marmaduke Grove, militante socialista, pero posteriormente este sector decidió dar su apoyo al candidato radical, retirando la candidatura de Grove. Entonces, Pedro Aguirre Cerda resultó ser el candidato del Frente Popular a la presidencia de la República.
En 1938 hubo tres candidatos en las elecciones presidenciales: Pedro Aguirre Cerda, por el Frente Popular;
Carlos Ibáñez, apoyado por nacional socialistas, un sector del Partido Socialista e independientes; y Gustavo Ross, candidato de la derecha.
La campaña se dio en un clima de gran polarización política. Para la derecha, el posible triunfo del Frente Popular era percibido como una dictadura comunista, y para los que apoyaban a Aguirre Cerda, el eventual triunfo de Ross representaba una dictadura de tipo fascista. Por otra parte, se calculaba que —compitiendo Ibáñez y Aguirre Cerda, es decir, dividiendo la votación de izquierda— las posibilidades de un triunfo de Ross eran muy altas.
El grupo pro nazi Movimiento Nacional Socialista (MNS), que respaldaba a Ibáñez, temía el triunfo de Ross, y para impedir este resultado optó por promover un golpe de Estado. Este debía iniciarse con un conato o intento de golpe, que sería la señal para que los regimientos que estaban bajo control de Ibáñez, reaccionaran. Sin embargo, frente a la dilatación de la fecha por parte de Ibáñez,
Jorge González Von Mareés, líder del movimiento nacional socialista, decidió poner a Carlos Ibañez, que estaba conspirando, frente a un hecho consumado, de tal modo, no tendría otra salida que completar lo iniciado.
El día 5 de septiembre de 1938 un grupo de jóvenes pertenecientes al MNS se apoderó del edificio de la Caja del Seguro Obrero —hoy Ministerio de Justicia—, ubicado al frente del Palacio de La Moneda. En forma paralela, otro grupo se tomó la Casa Central de la Universidad de Chile. La respuesta esperada de un levantamiento militar no ocurrió, y el intento de golpe de Estado fracasó.
El hecho terminó con la masacre de los nazistas y con el reconocimiento por parte de Jorge González Von Mareés, de su responsabilidad, entregándose a la justicia.
Carlos Ibáñez también asumió su responsabilidad y desde la cárcel renunció a su candidatura, solicitando a sus partidarios apoyar a Pedro Aguirre Cerda. Los nazistas, iracundos con Alessandri por la masacre de sus compañeros, le entregaron su apoyo.
En ese contexto político, Pedro Aguirre Cerda resultó electo Presidente de la República, con escaso margen de votos: un 50,46 por ciento de las preferencias, frente al 49,53 por ciento de Ross.
Con Pedro Aguirre Cerda, el Frente Popular inició en el país una etapa de tres administraciones sucesivas, en las que el Partido Radical fue dominante dentro de las coaliciones de gobierno, tanto con la izquierda como con los liberales.
En enero de 1939 se produjo el terremoto que devastó las provincias comprendidas entre Talca y Biobío, con epicentro en Chillán. Como una forma de enfrentar esta dramática situación, se crearon dos organismos: la Corporación de Reconstrucción y Auxilio, y la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo).
La primera estaba destinada a la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto. La segunda fue destinada a llevar adelante el proceso de industrialización mediante la construcción de plantas eléctricas y siderúrgicas, la elaboración de materias primas, la mecanización de la agricultura y el fomento a la minería.
Durante el gobierno de Aguirre Cerda, la educación técnico profesional, en lo industrial y minero, adquirió una categoría importante, ya que el Presidente la vio como la necesaria complementación en el proceso de industrialización que vivía el país.
Se dio una notable importancia a la educación primara, lo que se reflejó en la construcción de un gran número de estas escuelas, con la consiguiente apertura de nuevas plazas de trabajo para los profesores. Además, se desarrolló un extenso plan de viviendas destinadas a sectores de bajos recursos.
En abril de 1939 terminó formalmente la Guerra Civil española, con el triunfo de los nacionalistas. Chile acogió a quienes debieron partir al exilio, que habían sido rechazados en otros países.
Vinieron a bordo del vapor Winnipeg, pudiendo rehacer sus vidas en nuestro país. También fueron recibidos judíos que huían de la persecución nazi en Alemania, y de los países ocupados antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
El Presidente Aguirre Cerda no alcanzó a completar tres años de gobierno, cuando lo afectó la tuberculosis. En aquella época esta enfermedad era mortal, y constituía una importante causa de mortalidad a nivel nacional.
La mañana del 25 de noviembre de 1941, a petición de misia Juanita —su esposa, que era muy católica— monseñor
José María Caro le dio la Extremaunción. Horas después, falleció el “Presidente de los pobres”, como se le llamaba por la identificación que tuvo con el pueblo, captando enorme simpatía en los sectores más necesitados de la población.
El mandato de Pedro Aguirre Cerda estuvo directamente asociado al importante proceso de industrialización que vivió el país, como a la vez a su especial preocupación por la incorporación de los sectores populares a la educación y por la modernización de la sociedad chilena.